sábado, 19 de junio de 2010

El turismo

El turismo es una de las actividades que más dinero mueve al año y que menos respeta el medio ambiente. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), hacia junio del año 2009 los ingresos procedentes de esta actividad giraron en torno a los 807.000 millones de dólares. Pero el turismo no siempre es sostenible o responsable y no por qué no se sepa lo qué hay que hacer. En junio de 1992 se redactó la Declaración de Río de Janeiro sobre Desarrollo y Medio Ambiente, en la que se daban las recomendaciones oportunas para la elaboración de líneas generales a seguir con el objetivo de poner en marcha políticas más razonables. Sin embargo, dieciocho años después, las cosas no siguen el camino adecuado.
El turismo tiene efectos positivos, no se puede negar. Se crea empleo, las poblaciones locales se ven beneficiadas con los ingresos generados, se favorece el intercambio cultural. Pero en lo referente al medio ambiente, tiene demasiados efectos negativos: se destruyen paisajes para la construcción de infraestructuras y edificios, se alteran los ecosistemas, o se favorece el cambio climático por las emisiones de dióxido de carbono procedentes de los transportes aéreos. Prueba de ello son los campos de golf, tan habituales últimamente en España, que requieren de un ingente consumo de agua; las playas a las que se recorta espacio para construir casas o las montañas que cada vez en mayor número son coronadas por estaciones de esquí.
Son demasiados los ejemplos que se pueden poner del daño que ocasiona el turismo al medio ambiente. Pero no es esta práctica en sí. Son las autoridades de los países, los turistas que recuerdan a Atila, arrasando con todo lo que encuentran. Los manglares, los arrecifes de coral, la cuenca amazónica, el hotel del campo base del Aconcagua, el litoral español…los sufren cada año.
Aunque el turismo no es considerado objeto de estudio por los científicos sociales y es percibido, por lo general, como un asunto de moda, su importancia económica, su creciente impacto cultural y ambiental justificarían la realización de una investigación sobre la materia.