viernes, 13 de agosto de 2010

Y llegó un rato, cuando estaba en las cuerdas

Y llegó un rato, cuando estaba en las cuerdas templada en la mitad de la quebrada, que le gritaba a mi esposo: ¡Gonzalo, ya no puedo más!. Para Mónica Crespo, instructora del equipo de deportes de aventura de la USFQ, no pudo haber experiencia más desafiante que la que vivió en el Huairasinchi de este año.
Por séptima vez, este evento convocó a deportistas de todo el mundo para disfrutar de una competencia donde los confines más admirables del Ecuador se fusionaron con el reto de superar todo obstáculo utilizando la estrategia, la fuerza y la tenacidad.
Huairasinchi, que significa la fuerza del viento en quichua, se llevó a cabo del 1 al 3 de noviembre de 2007, entre la Sierra y Amazonía ecuatorianas.
A las 6h30 de la mañana del primer día, partieron 30 equipos desde la Hacienda Hato verde en Cotopaxi, llenos de la emoción de competir y con un fin muy claro: llegar a la meta.
La emoción y el optimismo fueron inyectando de adrenalina a los 116 participantes que tuvieron la oportunidad de ser parte de la competencia de aventura más alta del mundo.
En algún momento lo pensaron, pero no lograron calcular la dificultad y el nivel que esta carrera posee. Y es que sólo tres equipos de Elite lograron llegar a la final sin ningún tipo de reenganche o ayuda por parte del personal del Huairasinchi.
La carrera se dividía en las categorías Elite y Aventura. La Universidad San Francisco de Quito, participó con un equipo en cada una: Asertec-Nike-Orbea que competía a nivel profesional e Innovar Quito en Aventura.
Durante tres días, los participantes salieron de sus rutinas urbanas para emprender el recorrido en las modalidades Mountain Bike, Trekking, Orientación, Remo y cuerdas.
Esta edición alcanzó los 4850m de altitud, lo que implicó una dificultad altísima, incluso para los equipos profesionales nacionales e internacionales que llevan varios años de entrenamiento y participación en este tipo de competencias. A estas alturas, la temperatura y la presión disminuyen y la absorción de oxígeno es mucho menor, lo que hace que la capacidad de concentración se reduzca al igual que el desempeño del organismo. Estas razones, más el desgaste físico de cada día, alteraron la marcha de muchos participantes que tuvieron que detenerse debido a percances como hipotermia, soroche y problemas respiratorios.
Sin embargo, la carrera se torna más intensa a medida que la adrenalina aumenta. Muchas veces lo corredores no paran. Estas carreras te llevan al límite. Te producen tal grado de adrenalina que es muy difícil darte cuenta que tu cuerpo de verdad ya no puede más, comentaba emocionada Mónica Crespo.
Este fue el caso del equipo español, que no se resignaba a detenerse aunque uno de sus miembros, a causa de una infección respiratoria vomitaba sangre a lo largo del trayecto. El equipo del Huairasinchi finalmente tuvo que pedirles que se retiren.
Este tipo de pruebas requieren de un altísimo nivel que se logra con varias horas diarias de intensa práctica.
El equipo Elite de la USFQ estaba conformado por Gonzalo Calisto, el capitán del equipo, Mónica Crespo, Thomas Koehler, médico alemán y Edison Rivera, un experto en orientación.
Por tercera vez consecutiva quedaron segundos en el Huairasinchi y eso es un gran aliento para su desarrollo como deportistas de aventura. Esta vez, lograron su posición guardando 4 horas de diferencia con los ganadores, Tatoo-Energizer y 14 horas de diferencia con el tercero, Quattro-Schick de Argentina.
Los integrantes del grupo Asertec-Nike-Orbea (USFQ) llevan alrededor de cuatro años de experiencia y tienen entre 28 y 30 años de edad. Todos ellos entrenan más de cuatro horas al día, y han seguido un curso de primeros auxilios. Sin embargo, admiten que les falta ganar mucha experiencia aún.
El Huaira es la competencia más dura que hemos corrido, la más intensa. No se compara con ninguna a las que hemos asistido contaba Mónica Crespo sobre la experiencia como equipo. Ellos supieron trabajar muy bien juntos.
El trabajo en equipo es fundamental. Después de rotar con algunos miembros, éste es el segundo año que trabajan juntos. Se sintieron muy a gusto entre todos los integrantes, trabajaron muy bien y eso ayudó muchísimo a que llegaran a la meta con éxito.
De hecho, gracias a este triunfo, el equipo ha sido invitado a participar en Bimbache, una carrera similar a realizarse en Andalucía, España, el próximo año. Su aspiración ahora es obtener un cupo en el mundial de deportes de aventura en Brasil.
El equipo de la categoría Aventura de la USFQ, también logró su protagonismo en la carrera. Es la primera vez que participan en el Huairasinchi y obtuvieron el noveno lugar entre 17 equipos de este grupo. Innovar Quito, el equipo, estaba integrado por Joy, una estudiante de intercambio de 23 años que cumplió muy bien su rol de capitana del equipo, Juan Manuel Gonzales, Pablo Arregui y Santiago Meneses.
El entrenamiento fue duro, pero tenían las herramientas necesarias para competir en el Huairasinchi. Su entrenador, Gonzalo Calisto, nos comenta que no fue fácil pero lograron llegar: tuvieron una excelente participación considerando que todos eran novatos y tuvimos nada más un mes y medio para entrenar. Me siento muy satisfecho con el trabajo que hicieron en la carrera.
En un comienzo sí sintieron miedo, inseguridad y decepción, ya que la primera vez no pudieron llegar a la meta con todos los miembros, pero se puede notar en sus rostros la evolución de actitud. Ahora saben que su nivel es competitivo y que pueden obtener grandes logros con su capacidad y entrenamiento.
El nivel de los equipos ecuatorianos ha subido muchísimo en estas competencias. El logro más importante está en que los ecuatorianos demostraron un nivel de profesionalismo bastante alto. Hubo algunos equipos internacionales de categoría mundial, y aún así fueron los equipos ecuatorianos los dos primeros en llegar sin reenganche pese a las duras condiciones de la competencia. El resultado es un aval de que los equipos ecuatorianos sí tienen nivel para participar en competencias mundiales.
Pero la constancia es lo que permite a cada equipo alcanzar su meta. Este tipo de deporte consume mucho tiempo y a pesar de esto, es la pasión por la adrenalina y las ganas de lograr un objetivo común lo que impulsa a que cada año se realicen competencias similares alrededor de todo el mundo. Experiencias así donde se está en contacto directo con la naturaleza se vuelven eventos efímeros pero que se quedan en la memoria de todos quienes tuvieron la valentía de correr el riesgo.